viernes, 6 de septiembre de 2013

Capítulo 4

Sentí un golpeteo insistente a distancia así que abrí mis ojos levemente. Me desperecé en la cama y me tallé los ojos dando un bostezo. Los golpes volvieron a hacerse presentes y noté que venían de mi puerta. Me quedé unos segundos mirando el techo y despertándome pero aquellos golpes volvieron siendo más fuertes. Me levanté de mala gana y abrí la puerta llevándome una sorpresa.
—Rocky, ¿qué —pero no me dejó acabar la pregunta.
—Me han enviado a despertarte, debes bajar a desayunar. Nos iremos en una hora —y cuando acabo de hablar dio media vuelta y se fue por el pasillo. Cerré la puerta y fruncí el ceño sin comprender. Me pellizqué el brazo levemente y sí, estaba despierta.
—Auch —murmuré mientras sobaba mi brazo y caminaba hasta el baño. Me cepillé los dientes y me di una ducha. Luego de diez minutos salí y me cambié [http://www.polyvore.com/cgi/set?id=64999728&.locale=es]. Si iba a aparecer en la portada de revistas como la nueva 'novia de Ross Lynch' debía verme bien, ¿cierto? Bajé las escaleras y me encontré a todos almorzando con grandes sonrisas en la cocina.
—¡________! Al fin llegas, tienes el desayuno preparado —me recibió Ryland sonriente como siempre. Caminé hasta la mesa y me senté a un lado de 'el y enfrente de Ross.
—Buenos días a todos —dije en voz alta a lo que todos respondieron con un 'buenos días'. Sonreí mientras le echaba azúcar a mi café.
—Quizás se enfrió, puedes ponerlo en el microondas —me avisó Ross. Probé el café y me puse de pie para meterlo dentro del microondas. Estaba helado. Me apoyé contra el mueble de brazos cruzados y miré a todos.
—No es que quiera entrometerme ni nada —todos hicieron silencio y me miraron—. pero me gustaría saber a donde rayos tengo que ir en menos de media hora.
—Iremos a dar una pequeña conferencia de prensa a Melbourn —contestó mi mejor amigo tranquilamente sin sacar la vista de su tostada llena de mermelada.
—¡¿Qué?! —pregunté en un grito histérico mientras me enderezaba y miraba a Ross atónita. Todos me miraron y ahora incluido Ross.
—¿No lo sabías? Le hemos dicho a Rocky que.. —pero su voz se desvaneció cuando miró hacia su izquierda y el lugar del morocho se encontraba vacío. De seguro se había ido cuando yo pregunté a dónde iríamos.
—Vaya, bueno, iré a preparar un poco de ropa —Ross rió.
—No es necesario, volveremos por la noche.
—Oh, bueno lo siento. No estoy acostumbrada a esto —sonreí levemente y el sonido del microondas me sacó de mis pensamientos. Luego de desayunar todos salimos hacia la camioneta en la cual el tío Mark nos dirigía hacia el aeropuerto.
—¿Iremos en avión? —pregunté mientras bajaba y miraba el aeropuerto con los ojos brillantes y rebosantes de emoción.
—Jet, llegaremos en.. veinte minutos —contestó Rydel. Todos caminaron y yo los seguí. Al entrar al aeropuerto comenzó la locura. Había alrededor de más de cien fanáticas ahí. En un abrir y cerrar de ojos Ross se encontraba de nuevo tomando mi mano y dirigiéndome hacia donde debíamos ir. Yo me ocupaba en mantener la cabeza baja y no mirar hacia ningún flash. En cuestión de segundos nos encontrábamos subiendo al Jet. Tomé asiento junto a Ross y miré hacia atrás observando como cerraban la puerta.
—Abrocha tu cinturón —me avisó. Obedecí y me removí un poco incómoda. Observé con quién estaba sentado cada uno y al ver a Rocky sentado con Rydel me sorprendí.
—¿No viene la anciana de pelo teñido con nosotros? —murmuré acercándome a Ross. Rió y luego negó.
—Rocky le ha llamado pero ella dijo que no estaba de ánimos y que la cabeza le estallaba.
—Con todo lo que bebió eso no me sorprende —suspiré y me acomodé en el asiento mientras miraba al frente. Mi teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo y mi cuerpo se tensó al recordar el mensaje de la noche anterior que preferí ignorar.
—¿No contestarás? —preguntó Ross observándome. Abrí la boca para inventar alguna excusa pero terminé suspirando. Llevé mi mano hasta el bolsillo trasero de mis jeans y saqué mi teléfono. Miré la pantalla durante unos segundos mientras continuaba sonando—. Van a colgarte si tardas tanto —comentó divertido.
—Es un mensaje —aclaré.
—Ah, bien. Escucharé algo de música, si necesitas algo solo sacúdeme un poco —sonreí y asentí. Miró hacia la ventanilla y se colocó sus auriculares. Miré la pantalla de mi celular y era otra vez.. número desconocido. Bien, esa persona estaba artándome. Su jueguito estaba agotando mi paciencia. Presioné la opción 'Abrir' y leí mentalmente: 


'Harry Styles lleva a su nueva novia a todas partes. ¿Lo imaginas en la tapa de las revistas? Pero cariño, camina a su lado. Pareces más su perro faldero que su novia. ¿Ya has conversado con Danielle? -X'

Lo eliminé otra vez y me mordí el labio inferior dudando. ¿Debería decirle algo a alguien sobre estos mensajes? Creo que sería preocuparlos en vano. Pero por otra parte debería saber si lo que dijo sobre Danielle era cierto. Me puse de pie y caminé hasta donde ella se encontraba.
—Riker, ¿me cambias de lugar por cinco minutos?
—Todo por ti, hermosa —sonrió y se quitó el cinturón para ponerse de pie y caminar hasta al lado de Ross el cual se quitó los auriculares al verlo y le hizo un gesto serio con la cabeza en forma de saludo. Me senté al lado de Dani y me abroché el cinturón.
—___________, ¿sucede algo? —suspiré y la miré mientras jugaba con el anillo de mi dedo.
—No, es solo que.. —sonreí levemente—. me sorprendió no verte anoche en la casa de los chicos con Riker, Ellington durmió en la habitación de Ryland.
—Ah, bueno.. yo.. —noté que se puso algo, ¿nerviosa?—. No me sentía bien. Creo que había tomado de más y bueno, sentía que mi estómago como una lavadora—rió levemente pero yo la conocía. Punto número uno: ella anoche no estaba ebria y no había tomado de más. Punto número dos: esa era la sonrisa que Danielle Adams le daba a las personas cuando quería simular que todo iba bien.
—Pero, ¿te encuentras bien?
—Sí, sí. Solo fue algo que comí o la bebida. Ya te dije, tomé de más —sonrió de nuevo con esa falsa muestra de dentadura y yo sonreí con los labios sellados. ¿Eso quería decir que el tal X tenía razón? ¿Y si no estaba enferma qué era? Sacudí mi cabeza levemente y volví hacia el asiento que me correspondía. Y Ross no exageró con los minutos, en cuestión de.. quince ya estábamos aterrizando en el aeropuerto de Melbourn. Antes de ponerme de pie Ross tomo mi mano. Me detuve, miré su mano sobre la mia y lo miré.
—Espérame, este aeropuerto será peor que el de Los Ángeles —asentí y me quedé parada unos segundos observando como él guardaba su teléfono con sus auriculares en el bolsillo trasero de sus jeans y se ponía de pie acomodándose el cabello—. No sueltes mi mano por nada del mundo, ¿oíste? —tragué con fuerza y asentí. Caminó delante mio y yo lo seguí.. como un perro faldero. Al salir levanté la mirada por los gritos y vi el angosto pasillo por el que debíamos pasar. Fanáticas gritaban histéricas y se empujaban para acercarse y tocar a alguno de los chicos. Ross tiró de mi mano y provocó que mi cuerpo chocara con el suyo. Pasó su brazo por mi cintura sosteniéndome con fuerza y ambos caminamos con la cabeza baja. Los gritos eran ensordecedores y algún que otro empujón me había impactado un poco pero continué aferrada a Ross hasta que entramos al aeropuerto. Los guardias de seguridad nos siguieron desde que entramos todo el camino hasta que salimos y subimos a la camioneta negra que nos estaba esperando. Me senté al lado de Ross y una vez que cerraron la puerta solté todo el aire que había aguantado.
—Dios santo, eso fue.. agobiante.
—Agobiante es la palabra que describe cada uno de nuestros días —suspiré y me recargué contra el respaldo del asiento mientras miraba al frente. Entonces la camioneta arrancó pero luego de unos metros se detuvo e íbamos demasiado lento. Se comenzaron a oír golpes en las puertas y los vidrios y al ser polarizados yo podía observar afuera pero ellos no podían vernos a nosotros. Me acerqué a Ross y sentí como el aire comenzaba a faltarme. Estábamos rodeados de fanáticas locas que eran capaces de romper los vidrios.
—Ross —pasó su brazo por mis hombros y me acercó a él.
—Tranquila, serán unos minutos.
—Siento que el aire me falta —respiré con dificultad y el se alejó un poco para mirarme a la cara.
—Mierda, _________. Estás pálida —toqué mi frente con debilidad y sentí que iba a desmayarme en cualquier momento—. ¡Acelera papá! ¡___________ va a desmayarse! —Mark hizo sonar la bocina con fuerza haciendo que todas abrieran paso y piso el acelerador asegurándose de que no había nadie en el camino. Luego de unos cortos minutos ya nos habíamos alejado del caos pero seguía sintiéndome terrible—. __________, ¿cómo te sientes?
—Ross, necesito aire.
—Espera unos minutos, estamos por llegar al hotel —asentí y suspiré tratando de tomar la mayor cantidad de aire que pudiera. Cerré mis ojos levemente y respiré pausadamente sintiendo como Ross acariciaba mi cabello con dulzura. ¿Qué sería de mi sin él?—. __________, hemos llegado —me senté derecha lentamente y lo miré—. Hay fanáticas afuera, pero son solo unos pocos metros hasta la puerta de recepción. Una vez adentro estaremos bien. No voy a soltarte, ¿ok? —asentí y esperamos unos segudos a que los de seguridad controlaran a las fanáticas y nos dejaran un pasillo libre para caminar. Primero bajó Ross y luego me ofreció su mano para que yo bajara. Al poner un pie en el suelo los gritos volvieron a hacerse presentes y los flashes me cegaban. Ross tomó mi mano y caminamos unos metros pero mi estado era muy malo, ya que en cuestión de segundos me desvanecí.

***

—¡¿Qué mierda fue lo que pasó con ella?! —se oyó un grito molesto cerca de donde me encontraba. Mis ojos continuaban cerrados pero podía oír las conversaciones. Había recuperado el conocimiento y ahora intentaba normalizar mi respiración.
—¡Se desmayó! ¡No fue mi culpa!
—Ella no sirve para todo esto, Ross. ¿No lo ves? ¡En menos de dos meses esto va a matarla! No es lo suficientemente fuerte para soportarlo.
—¡Cállate Rocky! ¡Fue un accidente! ¡Puede pasarle a cualquiera! ¡Y si no vas a decir nada productivo entonces puedes irte! —oí un fuerte portazo y luego silencio. Suspiré y abrí mis ojos lentamente—. ____________, preciosa. ¿Cómo te sientes? —susurró Ross en un tono dulce. Apoyé mis manos en la cama donde me encontraba e hice fuerza para sentarme y apoyar mi espalda contra las almohadas. Suspiré y miré a mi alrededor. Estábamos en la habitación del hotel. Cerré mis ojos levemente y me llevé una mano a la frente.
—¿Qué.. qué fue lo que pasó? —susurré con apenas un hilo de voz.
—Bajamos de la camioneta y te desmayaste. ¿Cómo te sientes ahora? —entrelacé mis manos sobre mi vientre y contesté con los ojos cerrados.
—Bien.. supongo. ¿No tienen una entrevista o algo así? —lo miré y el sonrió levemente.
—Es dentro de media hora pero si no te mejoras no saldré de esta habitación —lo miré durante unos segundos y sonreí a medias.
—Tienes que ir, es tu trabajo.
—Sí, pero tú estás por encima de mi trabajo —llevé mi mano lentamente hasta su rostro y acaricié su mejilla. Cerró sus ojos y se inclinó hacia mi mano con una leve sonrisa en sus labios.
—¿Quieres que te acompañe? —abrió sus ojos y tomó mi mano entre las suyas mientras negaba frenéticamente.
—No, claro que no. Tú vas a quedarte aquí en tu habitación, con Ryland y Dani que van a cuidarte. Volveremos en menos de dos horas —asentí y miré sus manos sobre la mia. A comparación las suyas eran increíblemente grandes pero no grotescas. Eran suaves y delicadas. Suspiré.
—Creo que voy a darme una ducha para despejarme un poco —soltó mi mano lentamente y asintió mientras se ponía de pie.
—Danielle y Ryland vendrán en menos de.. cinco minutos. Danielle estaba que trepaban las paredes por verte, ya sabes como es ella —sonreí y asentí—. No quiero que salgas, ¿oíste? Volveré pronto —y dicho esto salió. Me puse de pie con delicadeza y me quedé unos segundos parada al lado de la cama para recuperarme completamente. Suspiré y caminé hasta el baño. Entré y me di una ducha, salí y me cambié con la misma ropa que tenía todo porque Ross no me dejó traer más. Sequé mi cabello con una toalla y lo sacudí un poco dejando que cayera en ondas por mis hombros hasta mi cintura. Y entonces recordé.. 

'¡¿Qué mierda fue lo que pasó con ella?!' , 'Ella no sirve para todo esto, Ross. ¿No lo ves? ¡En menos de dos meses esto va a matarla! No es lo suficientemente fuerte para soportarlo'
Fruncí el ceño y sentí unas irrevocables ganas de golpearlo. Era la primera vez que vivía algo como esto, además de que soy un poco claustrofobica. Pero su comentario solo me había dado más ganas de continuar en esto y demostrarle que yo podía soportarlo. Entonces dos golpes se oyeron en la puerta.
—Adelante —y entraron mis dos amigos con grandes sonrisas. Danielle corrió hacia mí, mientras Ryland me acariciaba el cabello delicadamente.
—¡__________! ¡Casi nos matas de un susto! —reí levemente y me alejé de ellos.
—Fue solo una falsa alarma —los tres nos sentamos en la cama y yo quedé en el medio.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Ryland. Suspiré.
—Bien, como si nada hubiera pasado. Pero al parecer hay alguien que no está muy feliz con mi presencia por aquí.. —murmuré entredientes recordando las palabras de Rocky. Ambas me miraron y fruncieron el ceño.
—¿Qué? ¿De qué hablas? —me preguntó Dani. Suspiré y caminé hasta la ventana enorme que daba a las calles poco transitadas de Melbourn.
—Rocky se puso histérico con lo que pasó y le dijo a Ross que yo no sirvo para todo esto y que en dos meses toda esta situación iba a matarme.
—¿Encerio? —Frunció el ceño—. A veces pienso que Roky es adoptado, porque todos los Lynch somos demasiado adorables —Dijo resaltando la palabra 'Demaciado'—.
—Cállate, Ryland —ordenó Dani y luego rió—. _________, Rocky estaba que trepaba las paredes por verte.
—Bien, eso no parecía cuando discutió con Ross antes de que yo despertara.
—Ya, deja de pensar en eso. ¿Qué te parece si vamos a recorrer el hotel? —propuso Dani.
—¿Por qué mejor no vamos a beber algo a un Starbucks? Algún guardia de seguridad debió haberse quedado —supuse.
—¿Bromeas? Hay como diez en la recepción —me contestó Dani divertida.

—Oigan,¿Que tal si vamos a la camioneta de papá, sacamos mi skate luego vamos al  parque que hay aquí al lado — Sonrió muy convincente, pero yo no caía en los encantos de Ryry.
—No Ryland.. —Dijo Dani mostrándole la cara más seria que nunca había visto de ella.
—Tu, Eres una bruja sin corazón, y cuando Riker te deje embarazada, seré un tío aguafiestas para tu bebé —Reí ante la amenaza de Ryland, sin duda este chico estaba para comediante.
—Como sea, tomemos a dos guardias y vayamos a divertirnos. ¿Por qué debemos quedarnos encerradas aquí? —Dani me miró y luego me observó con una mueca desalentadora.
—Bueno, además de la terrible idea de Ryland, No creo que sea buena idea, _________ —habló Dani, casi mi consiensia.
—Oh vamos, no seas amargada. Por favor —hice aquel famoso puchero que me salía tan bien y las dos rieron.
—Bien, bien. Pero llevaremos tres guardias —suspiré y puse los ojos en blanco mientras asentía para complacer a Danielle.
—¿Podría solo pararme en la marco de la venta y suicidarme? Es que no quiero salir con esta bruja... 
—Señaló a Danielle, quien estaba arreglando un botón de su blusa—. Ya ves, _________? Ya se está desnudando..
—Solo cállate Ryland —al salir del hotel las fanáticas ya ni siquiera estaban. Seguramente habían seguido a los chicos, así que ahora la cosa estaba mucho más tranquila. Caminamos por las calles de Melbourn conversando y riendo sin separarnos de la seguridad. Algunos paparazzis se acercaron a nosotras y tomaron varias fotografías pero no sucedió nada fuera de control. Al llegar al Starbucks pedimos y nos sentamos en una de las mesas de afuera. Conversamos sobre cosas triviales cuando un grupo de tres adolescentes se acercaron a nosotras sonrientes.
—¿Danielle? —preguntó una de ellas conteniendo su emoción. Dani la miró y sonrió.
—Hey, ¿cómo les va, chicas? —se miraron entre ellas y ahogaron un grito histérico.
—¡Los amamos!—exclamó una de ellas emocionada.
—Que cool ver R5ers aquí —dijo Ryland tranquilo, guiñéndoles un ojo.
—Queremos saber algo, ____________ —las miré y sonreí.
—Sí, ¿qué sucede? —se miraron entre ellas y luego una rubia de ojos claros preguntó.
—¿Sales con Ross? —abrí la boca para responder pero luego vi como Danielle me negaba levemente con la cabeza.
—Claro que no, somos solo amigos. Lo conozco desde que tengo trece años —sonreí y ellas rieron.
—Oh, debió haber sido lindo oír a Ross cuando aún no cambiaba su voz —reímos y luego yo asentí.

—La verdad no lo era.. —Murmuró Ryland.
—Cállate, Ryland, o harás que le diga a un guardia que le saque a patadas de aquí —.Las chicas los miraban con la boca abierta, De verdad creo que ellos eran casi su vida entera.
—Sí, lo era —Suspiré—. Era bastante lindo.. y gracioso..
—Oye, ¿y te sientes bien? —Las miré y asentí.
—Soy un poco claustrofóbica y tantas personas juntas me quitan el aire. Pero estoy bien, supongo que voy a acostumbrarme.
—Oh bueno, esperamos que no te suceda de nuevo. ¿Nos firmarían esto? —Los tres aceptamos gratamente y firmamos las chicas se retiraron y continuamos conversando unos segundos.
—Que ni se te ocurra decir que Ross y tú están saliendo —me advirtió Danielle. Fruncí el ceño y la miré mientras le daba un sorbo a mi Frapuccino.
—No iba a decirlo de todas formas pero, ¿por qué no? —ambos suspiraron y Ryland habló.
—Ross está comenzando una relación con.. una chica.
—¿Una chica? ¿Otra vez con eso? ¿Pueden decirme quien es la maldita chica de una vez? —ambas se miraron y luego Danielle habló.
—Maia Mitchell —casi escupo todo lo que tenía en la boca.
—¡¿Qué?! —pregunté en un grito. Los guardias voltearon alterados hacia nosotras pero yo les hice señas de que todo estaba bien.
—Él debía decírtelo pero avísale que tú insististe en que te lo dijéramos —avisó Danielle dando un sorbo a su Capuccino.
—Esperen, solo denme.. cinco minutos para asimilarlo. ¿Ross Lynch y Maia Mitchell? ¿Acaso están locos? Maia no es el tipo de mujer para Ross. Son como el agua y el aceite, además de que todos sabemos que Ross no puede pasar una semana con la misma mujer.
—Creo que sería mejor que lo hablaras con él, estoy segura de que tiene cosas que explicarte —y fue lo último que Danielle y todos dijimos sobre el tema. Al volver al hotel, media hora después llegaron todos.
—¡Hey Ratliff! —lo llamé cuando lo ví por el pasillo a punto de entrar a su habitación. Volteó y me dedicó una sonrisa.
—__________, ¿cómo te sientes? —me acerqué a él y sonreí.
—Bien, estoy perfecta. ¿Has visto a Ross? —pensó unos segundos y luego negó con el ceño fruncido.
—Pero creo que él, Riker, Maia y Danielle iban a pasear por el centro —suspiré y sonreí a medias.
—Gracias Elli—volví a mi habitación y me quedé adentro pensando unos segundos. ¿Por qué no me lo dijo? Entonces mi teléfono sonó sobre mi mesa de noche. Me puse de pie y me crucé de brazos delante del mueble observando como la pantalla se encedía y se apagaba y el tono sonaba y sonaba sin detenerse. Me mordí el labio inferior y pensé en eliminar el mensaje sin siquiera leerlo pero la intriga me ganó. Dicen por ahí que la curiosidad mató al gato. Abrí el mensaje y leí: 

'He oído por ahí que Ross y Ellington no se encontraban en el hotel.. ¿con Maia y Rydel? ¿Por qué no llamas a alguna y preguntas? -X'.

—Hey __________, ¿has visto a Riker? —preguntó la voz dulce de Danielle asomándose en la puerta de mi habitación. Tragué con fuerza y negué levemente—. ¿En dónde rayos se metió? —murmuró mientras cerraba la puerta. Me senté en la cama y leí el mensaje una y otra vez. ¡¿Quién mierda era este X y por qué lo sabía todo?!


Por Paulis y Camila

3 comentarios:

  1. Adoro muchisimo tu novela y estoy deseando qe la sigas peri reconozco qe me lio un monton pirqe los nombres estan cobfundidos o algo no se pero da igual me encantaaaaaaa sigelaa

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  2. me gusta mucho tu novela, está buena, muy buen material, pero hija, sube un nuevo capítulo, pronto quiero saber que pasa, nueve meses de retraso

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  3. Me ENCANTO!!! Y me gustaria saber quien escribe los mensajes y otras cosas. La podrias seguir escribiendo porque en el 2013 yo no conocía esta novela y esta muy buena. POR FAVOR BS

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